Crónicas del Bicentenario
de la Independencia de Ica
NACÍ EN ICA, MI NOMBRE ES
PISCO
Y MI APELLIDO ES PERÚ
El cuarto domingo de julio, vale decir, el domingo 26 de julio
del 2020; con pandemia o sin pandemia, y en el mes de la Patria; el Perú conmemora
el Día Nacional del Pisco, nuestra bebida de bandera,
motivo de orgullo nacional.
Para la Región Ica y el Perú, el pisco es símbolo de IDENTIDAD,
VALORES, FORTALEZA, ESPERANZA E INTEGRACIÓN NACIONAL, y ahora más que nunca, en
tiempos del letal coronavirus Covid 19; revalorar la cultura del pisco peruano,
es fundamental, para reactivar la cadena productiva y la economía de miles de
peruanos.
Tenemos que luchar contra el Covid, en forma virtual y presencial,
promoviendo una serie de actividades y proyectos; desde reconocer el trabajo y
el sacrificio de cada familia dedicada con pasión y por generaciones a mantener
las tradiciones y costumbres en torno al pisco.
En la Región Ica, tenemos el doble compromiso de mantener y
proteger el prestigio ganado del pisco peruano, a nivel mundial; y fortalecer
nuestra IDENTIDAD REGIONAL, en el año 2020, el Año del Bicentenario de la
Independencia de la Región Ica.
Recordemos, y tenemos que hacer conocer a las nuevas
generaciones; que el 8 de setiembre de 1820, el Libertador San Martín, decretó
el Primer Día de la Libertad del Perú, con el Histórico Desembarco de la
Expedición Libertadora, en la bahía de Paracas, en la hermana provincia de
Pisco.
Y lo primero que hizo San Martín, fue abastecer al Ejército Libertador
del pisco peruano, almacenado en las legendarias botijas, de origen árabe y
español, cuya tradición fue adoptada y fusionada por la cultura peruana,
durante 300 años de esclavitud, bajo el yugo español.
Revalores a nuestros héroes nacionales y extranjeros, que el 21
de octubre de 1820, en la plaza de armas de Ica, se atrevieron a realizar la
Primera Proclamación y Jura de la Independencia del Perú, después de la llegada
del Libertador General José de San Martín.
Y, obviamente, ese mismo día, inició la marcha de los valientes,
la Expedición de la Sierra, al mando del Coronel Mayor Juan Antonio Álvarez de
Arenales; con el flamante primer escuadrón de caballería de la Independencia,
el Escuadrón de Caballería “Auxiliares Patriotas de Ica”, y al pasar por los
hoy distritos de Parcona, La Tinguiña, San Juan Bautista, San José de Los
Molinos; el pueblo iqueño no dudó en abastecer a los soldados peruanos,
argentinos y chilenos, con armas, municiones, alimentos, poderosos caballos
peruanos….y el PISCO IQUEÑO, EL PISCO PERUANO…!!
Revaloremos ahora, algunos datos y testimonios, que estamos
seguros van a llenar de coraje y patriotismo, al pueblo peruano, para vencer al
coronavirus….
DÍA NACIONAL DEL PISCO
Esta
festividad se desarrolla desde 1999, con el fin de valorar esta bebida que es
Patrimonio Cultural de la Nación.
Amigo lector, cada cuarto domingo de
julio el Perú celebra el Día Nacional del Pisco, nuestra
bebida de bandera, motivo de orgullo nacional y el ingrediente principal de
muchos de los cócteles peruanos que existen.
Esta festividad se desarrolla desde
1999. Ese año se instituyó la celebración, a través de la Resolución
Ministerial N°055-99-ITINCI/DM, con el fin de valorar esta bebida que es
Patrimonio Cultural de la Nación.
Debido a su gran importancia se
consideró primordial que el pisco tuviera una fecha especial para rendirle un
homenaje. Por ello ya es costumbre que en diferentes lugares del Perú, y en
diversos establecimientos, se lleven a cabo actividades conmemorativas.
Se estima que para 2017, la
producción del pisco ascienda a 10.9 millones de litros, un avance de 4% frente
al 2016. La cifra marcaría un nuevo récord respecto a similar periodo del año
anterior.
El domingo 14 de junio del 2020, el prestigio programa de turismo
y emprendimiento “PONTE AL DÍA PERÚ”, realizó una conferencia virtual sobre IDENTIDAD
IQUEÑA, y publicó la siguiente nota de prensa, promocionando dicha actividad. Y
luego presentamos, algunos extractos de la conferencia virtual, que
consideramos de vital importancia, en especial, para las nuevas generaciones…
Rendimos homenaje a Ica
EN EL 457 ANIVERSARIO DE SU FUNDACIÓN,
HOMENAJE AL PISCO Y AL LAGAR, AL CABALLO PERUANO DE PASO,
AL TURISMO Y A LA GASTRONOMÍA REGIONAL
Nora Barco, una extraordinaria dama iqueña, heredera del
coraje de nuestra heroína Antonia Moreno de Cáceres; nos habló del caballo
peruano de paso, su historia y tradición; del legendario lagar, de la uva y el
pisco, de las haciendas iqueñas y sus costumbres; de la gastronomía regional,
del legendario batán y de sus sabores y colores…y la inquebrantable fe y
devoción, la monumental fuerza del iqueño, que ha sabido levantarse de
terremotos, inundaciones y pandemias.
Manuel Bernales, el defensor y creador de la gigantesca
cruzada cultural “Al rescate de los lagares, al rescate de la identidad
iqueña”; defensor de la verdadera fiesta de la vendimia iqueña, empresario y
heredero del hotel casa hacienda El Carmelo, Patrimonio Cultural de la Nación,
museo que preserva cinco siglos de historia, en el gigantesco lagar de huarango,
robusta prensa colonial, traída desde una antigua hacienda de San Juan
Bautista, por partes y ensamblada en el centro de la ciudad de Ica; y que
exhibe piezas de arte, muebles restaurados de la época colonial y piezas y
antiguas herramientas de labranza y antiguas carrozas, lámparas y puertas y
ventanas coloniales, de fierro fundido, rescatados del pasado. Nos habló del
pisco, la pisa de la uva…de cómo se vive el amor a Ica, desde los pequeños
detalles, a los más grandes…de cómo tenemos que preservar lo que nos dejaron
nuestros ancestros.
Juan Carlos Romaní y Juan Carlos Guevara, dos jóvenes
comunicadores, creativos, visionarios; que llegaron desde el puerto San Juan de
Marcona, de la hermana provincia de Nasca, y echaron raíces en la ciudad de
Ica, formando sus familias, absorbiendo el néctar de la uva y 457 años de
historia y tradición; dos tercos enamorados, de la belleza y el folklore de la
tierra bendita del Señor de Luren, compartiendo sus vivencias y aprendiendo de
dos representantes genuinos de la cultura iqueña, la señora Nora Barco de
Gotuzzo y el señor Manuel Bernales Baumgartner.
Una conversación inolvidable, una ruta de historia, una
lección de amor; a la tierra del sol eterno, a la capital del pisco peruano, al
oasis de América.
Los invitamos a recordar y revalorar, los 457 años de
fundación, de la Villa de Valverde del Valle de Ica…ponte al
día…Perú…..!!!
Grabación:
Domingo 14 de junio 2020
Transmisión:
Miércoles 17 de junio 2020
Extractos de la referida conferencia virtual…
TESTIMONIO DE NORA BARCO DE GOTUZZO
Empresaria, agricultora, productora de piscos y vinos,
ex Regidora del Concejo Provincial de Ica,
ex Consejera del Consejo Regional de Ica.
…Hay algo que debemos resaltar y rescatar siempre, que los
iqueños hemos sabido salir adelante, pese a una serie de avatares que hemos
sufrido, avatares y embates de la naturaleza como por ejemplo, las
inundaciones, los terremotos y una serie de asuntos, digamos, ajenos al ser
humano, porque han sido golpes que nos ha dado la naturaleza, pero que pese a
ello, hemos sabido levantarnos, hacerle frente y salir adelante.
Y hoy en día, pese a la pandemia que ha azotado al mundo
entero, Ica no está lejos de ellos, Ica está haciendo frente a la situación y
por ende, estoy plenamente segura, que vamos a salir adelante, cada uno de los
iqueños, vamos a salir a hacerle frente a ello, saber cuidarnos, y vamos a
saber sobre todo, reinventarnos, que es la famosa palabra, hoy en día tenemos
que reinventar nuestros negocios, reinventarnos como seres humanos, porque de
aquí en adelante la situación va a cambiar
el trato humano vamos a salir con las mascarillas vamos a tener que
mantener un distanciamiento sobre todo las normas de higiene van a tener que
ser más acuciosas.
…Yo recuerdo muchos años atrás, en la hacienda La Máquina, en
lo que viene hacer ahora la cooperativa La Achirana, mi suegro don Pedro
Gotuzzo Fernandini, también tenía un lagar, hermoso, bello y me acuerdo cuando
cosechaban las uvas, iba en estas canastas típicas que es parte también de una
de las danzas típicas, lástima que no esté Lupe Barboza en esta conversa
virtual, espero que se pueda reconectar en una próxima oportunidad…bueno estas
canastas que iban con las uvas, unos granos bellísimos, no como ahora que hay
tanta variedad de uvas, y tampoco tanto injerto….era la famosa uva que le llamamos,
uva acholada, que riquísima, la nuestra, la típica, que crece ahí sin mayor
inversión digamos, sin mayor insecticida, etc, iban, vaciaban esto en el lagar
y pisaban, pisaban, pisaban y tú veías como corría este líquido delicioso por
una serie de laberintos que ya tu recibías luego el famoso pisco, una delicia,
un manjar de dioses realmente…yo me acuerdo de esto, clarito, porque era algo
típico, en aquél entonces se llamaba pisco La Máquina, marca que hoy en día
hemos heredado mi esposo Gino Gotuzzo y yo y que seguimos haciéndolo también de
forma artesanal, gracias a la ayuda y el apoyo de mi querido César Chávez, como
te digo es un pisco rico, sano, prudente, muy agradable al paladar y no queda
más que decir que yo soy la hincha acérrima número uno del pisco, el licor
abanderado de nuestra región, la identidad no la podemos perder jamás y digan
lo que digan en otros lugares del mundo, el pisco nació en Ica y es peruano, al
cien por ciento, se lo aseguro, definitivamente….como bien ha manifestado
Manuel es una fiesta realmente del compartir, una fiesta muy amena, de celebrar
la cosecha de la uva, de celebrar la buena vibra, celebrar de que te vaya bien
en el resto del año, porque tu sabes que marzo es un mes vendimiero cien por
ciento, y nosotros como iqueños, con mayor razón festejamos la vendimia a
través de los diferentes festivales que se han venido dando a lo largo de los
años, ustedes también tienen en Nasca, buena vendimia, yo lo sé , pisco muy
rico también….pero, reitero el pisco que hacemos en nuestra región es
único…como bien ha dicho Manuel, los lagares son netamente de nuestra región, y
aquí quiero aprovechar para hacer una diferencia, hay personas que confunden lo
que es un “angar” de lo que es un “lagar”…hay gran diferencia….el lagar es
donde nosotros hacemos la pisa de la uva….el angar es donde se guardan los
aviones, entonces ahí podemos marcar una gran diferencia, porque he escuchado
con pena, con preocupación diría yo, muchos escolares manifestando que en el
“angar”….y no es el angar, en donde se hace la pisa de la uva, eso
definitivamente, también hay que corregirlo, son cositas que se tienen que
tomar en cuenta y corregirlas a tiempo y evitar conforme el devenir del tiempo,
de los años, esto se vaya deteriorando y bueno, acabar en una historia
desagradable, acabe en un barbarismo que es lo que no queremos…
No
debemos perder esa identidad, yo sé que el mundo avanza, que la tecnología
también y que por eso tenemos estas grandes empresas con grandes inversiones,
para la producción de pisco, eso es muy loable, no hay que descartarlo
definitivamente, pero tampoco podemos maltratar a los artesanales, al
contrario, hay que permitirles a ellos, que sigan adelante porque es un tema
costumbrista, que va de generación en generación; como se ha ido tratando el
pisco, como se ha ido produciendo el pisco, de una manera de entrega total,
porque tú ves ahí, un amor, una dedicación, en la parte artesanal, que difiere
mucho de la parte industrial, en dónde ves tú mucha armazón, fierro, mucho
tratado, no digo de que sea malo, no lo estoy diciendo, todo lo contrario, me
alegro porque eso ha permitido también, darle trabajo a un montón de nuestros hermanos
iqueños, pero por otro lado, la parte artesanal me preocupa, no quisiera que se
pierda en el tiempo. Quisiera que se mantenga, que sea sostenible, que se le
brinde todo el apoyo que sea necesario, porque eso es lo que busca el
extranjero, busca lo típico, el turista busca eso; busca lo típico, busca lo
nuestro, lo que está hecho de manera artesanal, valga la redundancia, con mano,
con amor, con empatía, con cariño, dedicación; que ven que es de familia en
familia, de generación en generación.
Y
eso nunca puede dejarse de lado, porque eso es un jale más, a las cientos de
maravillas que tenemos en nuestra región. Y porque te digo cientos de
maravillas, porque no solamente tenemos a nuestro santo patrono Señor de Luren,
conocido mundialmente; tenemos a nuestra Virgen de Yauca, Virgen de Las Nieves
en La Tinguiña, santa patrona, gente que viene desde fuera para venerarla.
TESTIMONIO DE MANUEL BERNALES BAUMGARTNER
Empresario, agricultor, productor de piscos y vinos,
propietario del Hotel El Carmelo
…Para levantar un poco el ánimo en estos momentos que estamos
pasando de la pandemia y también dar una voz de aliento, porque esto va a
pasar, va ser un poco fuerte, pero va a pasar, hay que seguir adelante, los
iqueños somos unos luchadores, así que para adelante…
….La construcción y equipamiento del Hotel El Carmelo, fue en
base a que los recolectores, los recicladores de Ica, conociendo que mi padre
era uno de los pocos que compraba estos objetos antiguos, coloniales, que poca
gente le daba valor; se lo iban llevando, y mi mamá me acuerdo que muchas veces
le decía: “pero Manuel, tienes gastos mucho más importantes que hacer…como
andas comprando botijas cuando tienes esas puertas que no sirven para nada y yo
acá buscando de donde sacar plata y fue plasmando…que vas hacer con tantas
piezas de las sillas de madera, y después de diez sillas, sacaba cuatro o tal
vez cinco….y ahí están todavía, que se siguen usando…esos eran los verdaderos
iqueños que con mucho cariño han ido dando sus aportes a la esta tierra a la
cual hemos tenido nosotros, la suerte de heredarlo…lo único que nos queda es
poder preservar lo que ellos con tanto esfuerzo han logrado y nosotros creo que
tenemos que cumplir con la labor de preservar, para poder dejarle esto a nuestros
hijos, mejorando en lo que sea posible para que ellos de igual manera, sigan
pasándolo a las juventudes”
Mi padre cuando hace su bodega lo primero que se construye en
El Carmelo, fue el lagar y el lagar es
uno de los más antiguos que se lo regaló un amigo de su padre, o sea de mi
abuelo, de San Juan, una de las bodegas más antiguas, fue lo primero que se
construyó, el lagar de Ica y es donde se hace la pisa de uva.
Los iqueños hicieron el lagar y es el monumento que Ica hace
al Perú, le hace al pisco, ese es el monumento que los iqueños queremos
demostrar, que tenemos hacia el pisco… esa es la pisa de uva
La pisa de uva es una
fiesta, en donde se reúne la familia, se invita a los amigos, en donde se
prepara el chinguerito, es el primer trago del año, es donde tu mezclas el
mosto, lo cortas con el pisco, le echan canela, limón, clavo de olor, y empieza
laa fiesta, empieza la jarana, se traen las bandas de música, la música criolla
y se entabla, de acuerdo al tamaño del lagar, doce personas y empieza la pisa,
es toda una tradición en donde creo yo, es la demostración de que los iqueños,
somos la base, somos los padres del pisco; porque solo Ica tiene los lagares,
en donde se realiza la verdadera pisa de uva….en el resto del mundo, en el
resto del Perú, no tienen lagares, se pisa la uva en toneles, en bateas, tu
tienes las vendimias de Francia, las vendimias de España, donde tu puedes ver
que pisan la uva, en bateas.
La pisa de uva es una fiesta, en donde se reúne la familia,
se invita a los amigos, en donde se prepara el chinguerito, es el primer trago
del año, es donde tu mezclas el mosto, lo cortas con el pisco, le echan canela,
limón, clavo de olor, y empieza laa fiesta, empieza la jarana, se traen las
bandas de música, la música criolla y se entabla, de acuerdo al tamaño del
lagar, doce personas y empieza la pisa, es toda una tradición en donde creo yo,
es la demostración de que los iqueños, somos la base, somos los padres del
pisco; porque solo Ica tiene los lagares, en donde se realiza la verdadera pisa
de uva….en el resto del mundo, en el resto del Perú, no tienen lagares, se pisa
la uva en toneles, en bateas, tu tienes las vendimias de Francia, las vendimias
de España, donde tu puedes ver que pisan la uva, en bateas.
Nosotros
como sudamericanos, cuando queremos salir a hacer turismo, nos vamos a Estados
Unidos, nos vamos a Europa, nos vamos a ver los grandes edificios, vamos a ver
la tecnología, los grandes museos, las ciudades enormes, Disneylandia, grandes sitios
de turismo. Cuando viene el europeo viene a visitarnos al Perú, viene a ver en
realidad la cultura, cómo fue el Incanato, nuestras costumbres, en Ica vienen a
ver cómo se hace el pisco, vienen a visitar las bodegas y es eso en que
nosotros tenemos que especializarnos, en demostrar más que la gran tecnología
que hay algunas bodegas que tienen, para que vean los dos lados de la moneda;
tenemos que enseñarles como antiguamente y cómo hasta ahora, hacemos el pisco
artesanal, los vinos, cómo se pisa la uva, como se guarda el mosto en las
botijas de barro, esta gente eso es lo que va a apreciar, como vamos
embotellando, como tomamos el pisco, como se maceran los vinos, las mistelas,
como se hacen las tejas, como se hacen los diferentes potajes.
Yo
creo que cuando llega el turismo a Huacachina y observa esa naturalidad, esa
naturaleza; cuando se van a las playas, no ven playas abarrotadas, sino, ven la
naturaleza en vivo, donde ellos se encuentran con su grupo de 8, 15 personas;
cuando se pasean en un desierto, con un calor, donde no hay nada más que ellos,
es lo que realmente se llevan adentro, se llevan en el corazón y nosotros
estamos plagados de esos mundos, de esas lindas pinturas, esa naturaleza viva
por todos lados y es lo que tenemos que rescatar y tenemos que mostrar a la
gente que viene de afuera y nosotros en Ica, de eso tenemos mucho.
Hay
que hacer un planteamiento de priorizar, cuáles son los monumentos principales
que tenemos y hacerles ver a esta gente, y ahora que estamos en pandemia,
aprovechar que la gente tiene tiempo para poder ver y mediante este programa
que ustedes están sacando adelante mostrar y demostrar estas bellezas que
tenemos a raudales en Ica.
ALGUNAS DE LAS
RAZONES DE LA HERMOSA FRASE:
NACÍ EN ICA, MI
NOMBRE ES PISCO….Y MI APELIDO ES…PERÚ…!!
Mano de obra indígena en las haciendas
jesuitas de Ica-Perú (1767-1800)
Hilda Barentzen
Marzo de 2004
Ica, conocida desde la fundación del
virreinato como la Villa de Valverde,3 perteneció hasta entrado el siglo xix a la organización
geopolítica de Lima, cuya administración dependía de la metrópoli. En 1780
figura como corregimiento, instancia bajo la cual los Borbones administraron
severamente sus ingresos. De acuerdo con la tradición prehispánica, Ica estaba
compuesta por pagos4 (Chunchanga, San Jerónimo, Humay, Macacona, San Martín,
entre los principales) dominados por la escasa, cuando no estacional, cuenca de
los ríos Macacona, Nazca, Pisco y la acequia de origen prehispánico La Chirana,
posteriormente se constituyeron en haciendas. Frente a ellos estaban situados
los villorrios de Ica, Pisco y Nazca, de carácter urbano.
El antiguo centro del regimiento real
tenía disposición aquí, con salida directa por tres puertos al Pacífico:
Caballa, Pisco y Tambo de Mora. El manejo de las haciendas, su producción e
intercambio comercial daban a este lugar un carácter importante, cerrado al
principio por la política económica de la Compañía, pero distinto, a mediados
del último tercio del siglo XVIII, pues su flujo mercantil supuso en gran
medida estructuras administrativas que dominaron la extracción de los recursos.
La legislación indiana que regulaba el
tratamiento de los indígenas en el siglo XVIII se basó en las Recopiladas de
Indias, cuyo corpus tiene en el libro vi una sección que dispone el uso de
la mano de obra, de la cual nos ocuparemos más adelante. Sin embargo, a pesar
de ello la situación fue muy irregular: de un lado, las órdenes eclesiásticas
actuaban en compromiso con sus propias reglas, mientras que los civiles se
debían guiar estrictamente por las Recopiladas, aunque omitían habitualmente
esta vía legal.
De las leyes Recopiladas de Indias
transcribimos literalmente las que se aplican a los casos tratados, teniendo en
cuenta que éstas eran la legislación activa hacia 1767 a pesar de las reformas,
las cuales sólo incidieron en la limitación del poder de la Iglesia y en el
desplazamiento de cargos administrativos, pero no en la situación del indígena.
La hacienda jesuita tenía como base de su
organización la capacidad individual y la habilidad del trabajo en
grupo, que sirvieron a la política lanzada por la Compañía y se rompieron
con su expulsión; la posterior organización pretendió crear un modelo
sustituto basado en la designación de administradores civiles nombrados
por una real orden, sujetos a cambio de acuerdo con su desempeño y a la
producción de la hacienda, según se señala en los documentos de las distintas
haciendas revisadas en la sección de Temporalidades.
Haciendas y mano de obra indígena
En la tradición occidental el trabajo
manual estaba a cargo de las clases serviles y esclavas, de tal manera que para
los españoles llegados a América, la mano de obra estuvo conformada por la
indígena a la que se sumó luego la esclava. En 1601 se estableció el
concertaje o concierto de los trabajadores, en el cual éstos acordaban laborar
para determinado propietario a cambio de un jornal.
Los productos vitales para sustentar el
desarrollo de la hacienda, en lo que corresponde a los oficios bien conocidos
por los indígenas, fueron la hechura de botijas, la agricultura y el arrieraje,
que no siempre corría por cuenta de la población esclava, pues tanto ésta como
la población indígena se destinaban a trabajos de lagaradas, vendimias y
limpias, entre otros oficios. Cada hacienda tiene un caso particular: mientras
las haciendas más grandes presentan necesidad de mano de obra regular, a
pesar de la esclava, las menores sólo tienen algunos casos sueltos.
Seguidamente revisamos el descargo
correspondiente en el periodo comprendido entre los años de 1767 a 1800, de
siete haciendas seleccionadas para el presente estudio.
San José de la Nazca
Ubicada en el valle de Nazca, tenía un anexo con producción
de aguardiente denominado la Ventilla. Su tasación original es de 247 729 pesos
reales,17 con un total de 73 290 cepas utilizables en la extracción de
mostos que arrojaban una producción anual promedio -en el periodo de 1767-1775—18 de 5 000 botijas de vinos y aguardiente, con una tendencia
al declive a partir de 1786 que figura en las cuentas administrativas.19
En el cuadro 1 se detallan las cuentas realizadas en 1768 y en las que se
hacen los descargos de 1767. La mano de obra documentada es la de los arrieros
cuyos pagos se hacen a nombre de Matías Sotil, Luis Méndez y varios
otros. La suma asciende a 4 r. la carga, haciendo el total de 2 410 p. 6
r. en el proceso de arrieraje, el trabajo es entre indígenas y mestizos.
En 1769 figuran pagos por conducción. El
pago a los jornaleros se incrementa a causa de la epidemia de viruela, y
respecto de los botijeros hay un total de 866 botijas labradas. En 1770,
se realiza un pago por 29 p. 4 r. a Domingo Guerrero por la saca de
aguardiente.
En 1771, por conducción de esclavos
fugitivos, se paga a Benturo Enciso y a Joseph Robles 48 p. 4 r.; los
jornaleros Luis de Mesa y Josef Donayres reciben respectivamente 30 p. y 54
p. por la saca de aguardiente y por guarda.
En 1772, la producción es de 3 767 botijas
de vino con descargo de 804 a la factoría en Lima; el cargo de
peruleras de aguardiente es de 2 624 con descargo de 1 159 a la
factoría. No se encuentran gastos por arrieraje, a pesar de que, de las cuentas
se deduce un movimiento de botijas y peruleras a Caballa para su posterior
embarque al Callao, es lógico especular que debe pagarse por el traslado de
estos efectos de la hacienda a Caballa, pero no consta en los documentos.
En 1773 se describe un pago a Hilario
Mitanta, oficial de botijeros, por 556 botijas que labró a 2 r. cada una,
haciendo un total de 139 p., trabajo realizado por enfermedad de los esclavos
de este oficio.
En el año de 1775 se remata a don
Francisco de Ángulo, la hacienda de San José de la Nazca, su anexa la Ventilla
y la estancia denominada San Antonio de Loccha con sus anexas, todas
pertenecientes al Colegio del Cuzco y las tierras de Guarangal y Copara propias
del colegio de San Pablo.
Loccha, situada en la provincia de Lucanas
(actual Ayacucho), obispado de Huamanga, fue inicialmente donada por el cacique
y curaca de este pueblo a don Sancho de Córdoba, encomendero de Laramate, a la
que se anexaron otras tierras que "donan los indios por muchos tributos,
tiene en contorno de tres leguas" (una legua: 5 196 m), y son todas
tierras de ganado atendidas por indios tributarios a los que, inclusive, cuesta
conseguir por lo apartado e inhóspito del terreno y del clima.
Los documentos refieren que se encuentran
indios en posesión de las tierras.
En julio de 1782, don Francisco de Ángulo
y Guisla propone anexar la otra mitad de Coyungo que le pertenecía a San
Javier, porque le "es más fácil llegar al puerto de Caballa por Lacra que
por Coyungo" . No es extraño que don Francisco estuviera tratando de
ahorrar gastos de transporte.
Sólo se ha encontrado el libro de cuentas
líquidas del año 1768. En éstas figuran los datos de venta del factor, gastos
fiscales, bodegaje y transporte, todos ellos que en detalle se suman para dar
el precio de venta de las botijas de vino y peruleras de aguardiente.
En el inventario de 1801, la extensión de
la hacienda es de 340 fanegadas, 21 eolios, 625 varas, incluidos los
anexos. Sin contar las tierras de Locchas (Tocahuasi y Casoni) que en 1775 se
subastaron a don Francisco de Ángulo.
Nuestra Señora de Belén
Ubicada en Ica, tenía un solo anexo:
Chavaliña. Su extensión, incluyendo el anexo, es de 59 fanegadas 1 eolio y 768
varas. Las cuentas empiezan a presentarse a fines de 1767, siendo administrador
Antonio Portuondo.35 Este año, el maestro Laureano Toledo recibe 85 p. por 680
botijas labradas. Los arrieros Carlos Cárdenas, José Beato, Joseph Donaires,
Bartolomé Cordero y Sebastián Sendero conducen diversos efectos por 94 p. 4 r.
Los jornaleros reciben por regar y por la
guardianía de noches y días de fiesta, 38 p. 2 r. y por la saca de
aguardiente 62 p.
En 1769 se manda a labrar gran cantidad de
botijas: 500 a Mario Mitante, 288 a Joseph Guarnan, 501 a Alejo Ventura, 541 a
Gabriel Rejan, 418 a Baltasar Aquije, 776 a Andrés Chutu y 512 a Andrés
Guarnan. Como la hechura de cada botija es a 1 r. si es en blanco, o sea sin
quemar, se paga en total 442 p. Los arrieros Carlos Cárdenas, Juan de Zegarra y
Jacinto Ramos conducen diversos efectos por 228 p. 5% r. Francisco Cueto se
encarga de la saca de aguardiente por 60 p. Por regado y guardianía de aguas en
días de fiesta, 9 p. 6 r. y por jornales a indios en quince lagaradas (20
hombres en cada lagarada) para la pisa de uva, 150 p. A finales de año
asume la administración don Juan Maurtua y Pedreros.
En 1770, los arrieros Pascual Chávez y
Pedro Alcántara conducen diversos efectos por 92 p., los maestros Andrés
Múñante y Francisco Guarnan labran 1 112 y 240 botijas respectivamente por 169
p. Francisco Cueto realiza la saca de aguardiente en 20 días por 20 p. y los
regadores, que "conducen el agua sin desvarío a los parajes
destinados", por 19 p 3 r. En este año se deja de enviar aguardiente
a Huancavelica; el aguardiente de caña, de inferior calidad y precio, domina el
mercado de la sierra.
En 1771 se señala con claridad que la
labranza corría por manos de un maestro botijero indígena, hacia el mismo año a
razón de 1 r. por cada botija labran Andrés Múñante y José Guarnan. El
arrieraje corre por cuenta de Antonio Soto, indígena que, al no saber firmar,
recurre al capellán Felipe Reina para sacar su cuenta, con un total de 29
cargas a razón de 12 r. cada una. Francisco Cueto vuelve a realizar la saca de
aguardiente por 35 p. y a los regadores por su trabajo mensual se les da un
total anual de 28 p. 2 r. Este año se producen 904 botijas de aguardiente de
las cuales 628 son remitidas al puerto de Pisco.
En 1772, se paga a Andrés Muñante por la
labranza de 650 botijas, 81 p. 2 r.; al arriero Joseph Uribe, entre otros, por
los fletes de diversos efectos, 51 p.; en tanto que a Francisco Cueto por la
saca de aguardiente, 40 p., y a los regadores, según costumbre, 25
p. 4 r. Este año se producen 902 botijas de aguardiente, de las cuales 784
se remiten al puerto de Pisco.
En 1773 el arriero Joseph Donaire por la
conducción de diversos efectos recibe 91 p,; el botijero Andrés Muñante por la
hechura de 450 botijas, 56 p. 2 n; Francisco Cueto otra vez realiza la saca de
aguardiente por 38 p. y a los regadores, según costumbre antigua, se
les paga 23 p. De las 676 botijas de aguardiente producidas, 389 fueron
remitidas al puerto de Pisco y 126 botijas del botijambre de sierra se
venden a razón de 8 p. en la hacienda.
En 1774 el arriero Joseph Donaires conduce
cargas de diversos efectos por 33 p.; el botijero libre Joseph Guarnan realiza
635 botijas por 79 p. 3 r.; Francisco Cueto por la saca de aguardiente, 32 p.,
y se paga a los regadores un total de 10 p. En este año se producen 603 botijas
de aguardiente, 358 de ellas se remiten al puerto de Pisco y 110 del botijambre
de sierra se venden en la hacienda. Para el siguiente año, la hacienda es
rematada a Francisco de Villar y Dehesa.
En el total de entradas no figura la
cantidad de venta a Huancavelica porque no tiene descargo de impuestos (éstos
están presentes sólo en la hacienda San Jerónimo de Ica) y en el año de 1770 se
ha sumado al producto libre, el valor de las botijas en poder del factor y
avaluadas.
Campaña Educativa
2020 “Región Ica, Cuna de la Independencia”
Municipalidad
Provincial de Ica
Emma
Mejía Venegas, Alcaldesa Provincial de Ica
Gerencia
de Desarrollo Social
Econ.
Juan Pablo Girao Morón
Biblioteca
Municipal “José de San Martín”
Directora:
Lic. María Pineda Garrcía
Ica, miércoles
15 de julio del 2020
Investigación:
Mag. Juan Carlos
Romaní Chacón
Investigador de
la Biblioteca Municipal “José de San Martín”
Campaña Educativa
“Región Ica, Cuna de la Independencia”
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